Ocre australiano

“Amo un país quemado por el sol, una tierra de llanuras extensas…” En el poema de Dorothea McKellar sobre Australia, los amplios colores terrosos y marrones del interior del país despiertan sentimientos intensos en muchos australianos. Nuestro “suelo dorado” se menciona en nuestro himno nacional.

En esta pancarta, el contorno de nuestro continente insular nos recuerda la inmensidad de nuestra isla natal, “rodeada por el mar”. Los colores ocre rojo y amarillo son los de la roca triturada que los habitantes aborígenes usaban en la pintura corporal para identificar a su tribu. También representan los impresionantes colores del vasto interior de nuestra nación y los marcados contrastes que se encuentran en ella.

Los colores también representan los colores de una llama. Esto representa un regalo redentor nacional exclusivamente australiano de Dios; un regalo "terrenal" que está comenzando a fluir hacia las demás naciones del mundo.